Adaptaciones de los camellos (Bactrianus Camelus)

El camello tiene muchas características adaptativas para su vida en el desierto. Tiene patas anchas para caminar en la arena, pestañas largas y delgadas, así como una nariz corta que puede cerrar para protegerse de la arena removida por el viento. Está adaptado para sobrevivir mucho tiempo sin agua y comida, posee un intestino grueso extremadamente largo que absorbe hasta la última gota de agua en los alimentos que come.

Durante viaje largos, la grasa que se encuentra en su joroba (s) se descompone para abastecer el cuerpo con la energía que necesita. Cuando un camello finalmente llega al agua, puede beber rápidamente una enorme cantidad para recuperarse, pero se tomará un tiempo para comer lo suficiente y reconstruir sus jorobas. Estos rasgos adaptativos son todos adaptaciones físicas.

Una adaptación del comportamiento muy famosa del camello es su reacción ante la cercanía de una amenaza, curiosamente él escupe. El camello es un rumiante, esto significa que tiene varios compartimentos en el estómago, donde la hierba dura y seca debe fermentarse y ser descompuesta por bacterias especiales. Luego la regurgita y la mastica de nuevo. A esto es a lo que se conoce como rumiar y aunque puede sonar como algo desagradable para nosotros, es lo que le permite vivir en hábitats donde otros animales, como los caballos, se morirían de hambre. Los camellos escupen su bolo alimenticio cuando están estresados, y al no estar totalmente digerido, huele mal, siendo esa una ventaja ante los depredadores, quienes desisten de acercarse demasiado.