Trypanosoma brucei
Trypanosoma brucei es un protista parásito que causa la tripanosomiasis africana o enfermedad del sueño en humanos y animales en África. Hay tres subespecies de este parásito:
-T.b. gambiense, que causa la tripanosomiasis crónica de inicio lento.
-T.b. rhodesiense, que causa la tripanosomiasis aguda de inicio rápido.
-T.b. brucei, que causa la tripanosomiasis animal africana o nagana.
- Epidemiología:
Epidemiológicamente se describen 2 zonas distintas:
-Las zonas donde prevalece T.b.gambiense, en las que habita el grupo palpalis de moscas tse-tse: África occidental y central, preferentemente en regiones boscosas, con cursos de agua y riveras de ríos.
-Las zonas donde prevalece T.b. rhodesiense, en las que los vectores habituales son G. morsitans y G.fuscipes: África oriental, sabanas y zonas secas.
Existen 36 países endémicos son: Angola, Benin, Burkina Faso, Camerún, Chad, Congo, Costa de marfil, Gabón, Ghana, Guinea Bissau, Guinea Ecuatorial, Kenya, Liberia, Malawi, Mali, Mozambique, Nigeria, Ruanda, Senegal, Sierra leona, Suazilandia, Togo, Uganda, República Centroafricana, República Democrática del Congo, República Unida de Tanzania, Sudán, Zambia y Zimbabwe. También se incluyen en esta lista Bostwana, Burundi, Etiopía, Gambia, Namibia y Níger pero estos países no han reportado ningún caso en los últimos 20 años.
- Etiología:
La enfermedad del sueño es provocada por el Trypanosoma brucei rhodesiense y el Trypanosoma brucei gambiense. El T. b. rhodesiense produce la forma más grave de la enfermedad.
Las moscas llamadas tsetsé transmiten la infección. Cuando una mosca infectada pica, la infección se propaga a través de la sangre.
Los factores de riesgo incluyen vivir en partes de África donde se encuentra la enfermedad y ser picado por las moscas tsetsé. Los viajeros que hayan visitado África o hayan vivido allí pueden estar infectados.
- Diagnóstico:
Los métodos principales para combatir la tripanosomiasis africana, consisten en reducir las zonas de infección y la presencia de la mosca tse-tsé. Para ello, se realiza un examen sistemático de las poblaciones expuestas que ayudará a detectar a los pacientes que se encuentran en la primera fase de la enfermedad. Este estudio es importante para poder diagnosticar a los pacientes antes de que la enfermedad alcance su fase avanzada y de esta manera evitar procedimientos terapéuticos que pueden llegar a ser complicados, difíciles o arriesgados.
En primer lugar, es necesario que se realicen una serie de pruebas parasitológicas y serológicas en sangre que pueden completarse con punciones en los ganglios linfáticos.
En un gran número de casos, también es necesario que se realice una punción lumbar y extraer líquido cefalorraquídeo y de esta manera poder determinar en qué fase de la enfermedad está el paciente para poder administrarle un tratamiento adecuado.
- Tratamiento:
El tipo de tratamiento dependerá de la etapa en la que se encuentre la enfermedad.
-Los medicamentos que se recetan en la primera etapa tienen menor toxicidad y se administran más fácilmente que los que se usan en la segunda etapa, por lo que cuanto antes se identifique la enfermedad antes podrá tratarse y erradicarse del organismo.
La evaluación de los resultados del tratamiento dependerá de forma exclusiva del seguimiento del paciente durante 24 meses, lo que además implica el análisis en el laboratorio de líquidos corporales ya que los parásitos pueden permanecer viables durante largos periodos de tiempo y ser causa de enfermedad meses después de administrarse el tratamiento.
-En la segunda etapa se procederá a recetarle al paciente medicamentos que puedan traspasar la barrera hematoencefálica (estructura constituida por células de la red capilar del sistema nervioso central) para poder llegar al parásito. Estos medicamentos resultan tóxicos y difíciles de administrar.
- Profilaxis:
Las inyecciones de pentamidina protegen contra el T.b.gambiense, pero no contra elT.b.rhodesiense. Debido a que este fármaco es tóxico, no se recomienda usarlo de manera preventiva. Las medidas de control de insectos pueden ayudar a prevenir la propagación de la enfermedad del sueño en áreas de alto riesgo.
Sonia Díaz.
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